Los oportunistas del «virus mediático» (sectas del control mental)

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Es el tiempo que vivimos, alimentado por plandemias, guerras, corrupción, invasiones, amenazas, asaltantes de la buena fe, tecnología de control, redes sociales, etc. siempre están en primera fila, los oportunistas que se valen del momento para hacerse profetas, intérpretes, pitonisas, salvadores, contactados por extraterrestres, ángeles del apocalipsis, o cualquier género de personalidad, preconcebida por éstos «proyecto» de hombres-dios, y que con su sagacidad quieren embaucar a la gente sencilla y humilde con sus mal intencionadas doctrinas; unos por dinero, otros por favores sexuales, y los mas peligrosos, los que se «muestran» como encarnaciones «divinas» o enviados de algún Dios particular, para vivir de las masas que los siguen como sanguijuelas, chupando  sangre una parte para ellos, y la otra, para los reptiles que les prepararon como mensajeros, intérpretes, o elegidos para tal o cual «trabajo espiritual» en la tierra, entes dimensionales que necesitan de grupos para sobrevivir (alimento energético). Todo tan falso como la misma plandemia, aunque todos la vemos «como real». Está claro para los investigadores y estudiosos del tema, que los Creadores, Ancianos de Días o Progenitores mayores, no eligen hombres para la realización de su propósito de rescatar seres humanos, ellos se rescatan así mismos de acuerdo a la lógica y a sus enseñanzas; todo con el verdadero propósito de dar continuidad a la Vida; éstos hombres que dan esa continuidad ya están preparados por su propio albedrío, trabajo consciencial y conocimiento interno desde encarnaciones; hasta su entorno familiar y social ha sido preparado por esa Ley que mueve todo, y no necesita hacer escuelas, grupos doctrinas, o fomentar creencias en detrimento de los más débiles  buscadores que solo buscan apoyo, guía, o esperanza hasta que aprende a caminar solo cuando su ilusión o creencia no tenga donde apoyarse. 
Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina o ideología concreta o secreta, que representa una «sección» o un «sector» desprendido de un conjunto más amplio del original, ​ o bien que se ha «cortado», «separado», «desgajado».​ En todos los casos, la palabra secta tiene una connotación de división o ruptura.
Es legión la cofradía formada por éstos inicuos, que con sus sectas apocalípticas, uno tras otro, buscan ser las estrellas de la temporada, aprovechan todo, desde la ingenuidad del recién llegado, hasta el mas simple suceso dentro de su grupo o a nivel mundial (si se muere uno de la secta, o una noticia conspirativa mundial) siempre con un séquito de  «incondicionales  que los aprueban»; con «acomodados aciertos», enredos «preparados» ante una eventual caída, repuestas preconcebidas en su doctrina, respaldadas por sus propias interpretaciones, direccionadas hacia sus más oscuros intereses, aceptadas por la ignorancia de quienes las compran como «verdad», y así se repiten hasta que se hacen gordos y viejos, creyendo que son los protagonistas de algún cumplimiento, acomodando el libro de apocalipsis o las psicografias de Parraviccini como su libreto a protagonizar (caso secta Carlos Torres Valencia); ya cuando se les termina el tiempo, sus «mandos superiores», como «líderes» de sectas, y sus seguidores estupidizados, pasan el libreto de padres a hijos como herencia a desempeñar, y en muchos casos llega hasta los nietos, sin que lo que se empezó en dos generaciones atrás, llegue a realizarse por alguno de «la familia» como estaba esperado; es la rueda Samsara, donde juegan los mas tontos, hasta con sus sueños, futuro, vidas y la realización de lo que les tocó como karma o darma, convirtiendo esa oportunidad de perfeccionamiento espiritual, en un tiempo muerto en el camino de la comprensión, realización de la inteligencia y avance creador, todo por creer a ciegas en lo que les mostraron como «verdad», que aun después de desencarnar seguirán percibiendo como realidad, por el desconocimiento virus mental que les implantaron, junto a la vacuna de la incomprensión, sin cuestionamiento, sin discernimiento, con miedo, y con la Ley del menor esfuerzo que los lleva a un estado vegetativo; están perdidos de las fuerzas que rompen fronteras, ataduras, su pensamiento y visión son limitados; Para muchos es mejor quedarse como están, sin querer mirar lo que los despierta, el adoctrinamiento se ha convertido en su estilo de vida; para los de menor nivel es la ocasión de interactuar con otros de su misma condición, esperando «el evento» o la nueva noticia de su líder, y para los de «arriba», el turismo espiritual, con todo lo que ello implica, esperando que los de abajo los miren con veneración, y cuidándose de un posible golpe de estado por los que han entendido el valor de la secta, quienes se hacen amigos de su líder para traer noticias (intrigas y mentiras) para aparecer como fieles a su doctrina. Éstos son los que pueden traicionar a su misma madre, con tal de conseguir objetivos. Es parte del manejo interno de una secta.
Las sectas apocalípticas del final de los tiempos, porque no se puede negar, por lo menos estamos en línea de un tiempo que termina y otro a despuntar; aunque cada dos o tres generaciones aparecen los «maestros, gurús, contactados, enviados de dios», quienes asumen cualquier personaje y se visten de profecía; y aprovechan la creencia para vivir de la energía espiritual de los incautos»; tienden a lavar cerebros, o para ser mas técnicos, persuaden en contra o a favor de sus propios intereses, forman «remanentes» con personas o grupos que se autoproclaman como el código (así lo califican) 144 mil, de hecho dista mucho de esa naturaleza, empezando por su director, pastor o guía espiritual, ellos creen que la «nave» pasa a recogerlos, otros que con su aporte financiero o diezmo ya compraron el cielo, y los mas inocentes, creen que el innominado puso sus ojos en ellos y por su «valor, virtudes y perfección» ya pisan la línea entre el 2do y 3er día de creación, o el creador ya puso su ojo sobre ellos y están escogidos; forman escuelas, casas, templos, grupos y personas con jerarquías y ego enaltecido para tenerlos a buen recaudo y obedezcan las directrices del líder; lamentable por ellos, por su falta de sinceridad consigo mismos, menos pudieron serlo con otras personas que dejaron atrás (familias, amigos), o con el «montón de cadáveres» que esparcen en el tiempo de vida en la secta, por sus nefastas acciones de «escogido o mensajero» en contra de sus semejantes, sólo porque sus controladores le indicaron que estaba bien o que estaba mal, su «justicia» fue su aliada para cometer difamación, su «ley» se convirtió en su arma favorita contra los que eran «juzgados» en sus tribunales inquisidores, porque se atrevieron a pensar por si solos, sin muletas o sillas de ruedas empujadas por quien les controla el pensamiento, su cuenta y entorno; y así podría extender éste diagnóstico y aburrir a los nuevos reclutados, que por el confinamiento, restricciones e inoculación de venenos programados actualmente, les pueda servir para tomar consciencia revisando su estilo de vida, el lugar sectario tan bajo donde han caído, con el discernimiento entre la verdad o la mentira para sus Vidas. 
Al final de éste capítulo de engaño en alguna de tantas sectas, los más osados de los que refiero, saldrán a refugiarse en su interno con mas expectativas de VIDA, y los que se quedan continuarán sirviendo incondicionalmente a su amo, hasta que todo se esfume y no les quede nada donde se agarren (porque algunos viejos se creen privilegiados o exentos de cualquier estupidez),  Para unos pocos que aun viven en las sectas o creencia de cualquier oportunista, les recuerdo el refrán popular de esperanza para cuando todo les falle, que dice «no hay mal que por bien no venga» o «mal que dure cien años y cuerpo que lo resista» y también enseñanzas con sabiduría para comenzar de nuevo como «la fe sin obras está muerta» y «solo la fe bien sustentada dará al creyente la inmortalidad»
El cambio viene, los sucios y tenebrosos comenzaron a mostrar su cobre, la despoblación  y control de ésta es su propósito, la dictadura mundial, la implantación mental y física de nuevas ideas y programas, las leyes hechas a su medida, el adoctrinamiento y el control total de su pensamiento (como en las pequeñas sectas apocalípticas o de creencia) es un hecho; pero no podemos olvidar que primero fueron los creadores y promotores de la Vida, imprimiendo sus valores y virtudes en la misma genética espiritual como nuestra herencia, que protegeremos hasta el último momento de ésta etapa que termina; si así lo hacemos, nadie nos podrá quitar o arrebatar el lugar que nos corresponde al lado de nuestro Creador, en un futuro pleno de sabiduría, justicia, avance espiritual sin límite, guías de su propia Verdad, y el Amor como poder supremo de los que alcanzan identidad y dignidad de su propia grandeza.

Todo lo escrito anteriormente, refleja exactamente  lo que se vive y se siente cuando se está comprometido con los lineamientos impuestos al interior de la SECTA de Carlos Ariel Torres Valencia, alias (en su última conocida personalidad) «el sembrador de la luz eterna»