El Poder

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Extraído del audio de Porfirio Torres -El poder corrompe- programa; “nuestro insólito universo”

El poder termina intoxicando aún al corazón más noble. No existe ser humano lo suficientemente sabio o equilibrado, a quien un poder ilimitado no lo corrompa. -Plutarco-

Poder, estatus, figuración, y dominar a los demás, sigue siendo en el tercer milenio, e igual que en la remota prehistoria, el más alto anhelo de los seres humanos, muchos, cuando se refieren al término PODER de inmediato lo vinculan con la política, o preeminencia militar, pero, y según lo demostró a mediados del siglo veinte el sociólogo Abraham Mazlow, ese afán de dominar y someter se manifiesta en prácticamente en todos los estratos de la pirámide social. Emblemáticos de tal anhelo, fueron dos insólitos libros, que por aquellos días, hicieron furor entre burócratas y ejecutivos de grandes corporaciones en los Estados Unidos, sus títulos eran, como “ganar poder y status, intimidando a los demás” de Robin Ringer, y el “poder, como obtenerlo y usarlo” de Michael Korda, nieto por cierto del famoso cineasta, Alexander Korda.

La irresponsable y hasta despiadada filosofía que exponían ambos autores, podría sintetizarse en lo siguiente, “el fin justifica los medios” y “quienes no observan tal consigna, irremisiblemente se quedan abajo en la escalera del poder, traicione…¡ ponga peines y zancadillas y destruya moralmente si es necesario, descubra las debilidades de sus adversarios y competidores para usarlas en su contra, y abandone todo escrúpulo si ello le ayuda a  lograr sus fines. En ambos libros, en realidad manuales del patán arribista, los autores detallaban fórmulas y recursos de maquiavélica efectividad, según ellos, utilizar, dominar y eventualmente, anular a posibles rivales en el ascenso por la escalinata burocrática hacia las alturas del poder. Citan el caso de cierta mujer ejecutiva muy famosa en el ámbito de las grandes cadenas televisivas y publicitarias, quien sólo para cimentar su posición jerárquica, cada vez que se realizaba una conferencia de alto nivel, escogía como víctima propicia a determinado ejecutivo joven y ambicioso que pudiera amenazar su status, dedicándose a  rebatir y contradecir muy sutilmente, lo que aquella persona proponía por interesante que fuera, otro de los muchos recursos que aconsejaban, es el de adoptar una mirada de fuerza consistente en clavar la vista, de manera fija e inexpresiva en posibles rivales o competidores. Si éstos intentan decir algo conciliador para disipar esa barrera hostil que usted erige, manténgala, y más bien añada un elemento displicente a la misma, igual estrategia debe aplicar a subordinados inmediatos, a menos que usted desee utilizarlos para sus estrategias de confrontación con otros, ante superiores, la expresión debe ser de alguien inofensivo, servicial y obsequioso, mientras conspira a sus espaldas con miras a sustituirlos. Con el director general o presidente de la empresa, el guerrillero burocrático no tendrá rubor en descender a las más abyectas posiciones adulatorias, en cada oportunidad le demostrará la más rendida admiración ante su genio e infalibilidad, estando dispuesto a llevar a cabo, todo tipo de obsequiosas piruetas a tal efecto, siempre desde luego, con la idea de reemplazarlo por las buenas o las malas. Como se dijo, el éxito de ambos libros fue impresionante, y no sólo para el ejecutivo ambicioso, sino tímidos empleados menores, quienes los adquirían como instructivos revolucionarios de oficina, para sobrevivir en las selvas competitivas que conforman al mundo empresarial, actualmente, nadie recuerda a los autores ni a sus libros, pero las tácticas y despiadados recursos que divulgaron, siguen siendo aplicadas en los corredores del poder de las grandes empresas*, por ejecutivos ambiciosos.

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*Empresa, es una organización o institución dedicada a actividades o persecución de fines económicos, comerciales o de cualquier índole manipuladora, persiguiendo un objetivo de control y éxito final.

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Éste documento que va a leer, de ninguna forma lo invita a ser compañero de almohada, más bien, úselo como herramienta para descubrir la mentira que se esconde detrás de una careta de bondad y buenas intensiones de ciertas personas, astutas y audaces, que nos utilizan para conseguir su objetivo. Absolutamente, todos los líderes, juegan con ésta oculta carta.

Las 48 leyes del Poder

Es un libro escrito por Robert Greene y Joost Elffers en 1998. El libro fue un bestseller, contiene temas y elementos de «El Príncipe» de Nicolás Maquiavelo y ha sido comparado con el clásico de Sun Tzu, «El Arte de la Guerra».

El libro es un resumen de 3.000 años en la historia universal de acciones y resultados, a partir de la vida de estrategas y figuras históricas. En él se narran las leyes que se deben seguir para actuar con inteligencia, engaño, paciencia y liderazgo (como cualquier líder), sin perder el respeto de aquellos que lo rodean. Cada ley posee su definición, historia, género literario, frase e invalidación. Estas reglas de conducta siempre han sido utilizadas por políticos, economistas, religiosos, etcétera. Para los buscadores de éxito en sus empresas es un baluarte de gran consideración, por aquello de que «el fin justifica los medios» retórica maquiavelista que todos niegan ejercer, pero en lo oculto, es su pan de todos los días; Por cierto no es de ninguna forma un libro o sus leyes que pregona, algo de tendencia espiritual o mística para alcanzar paz interior; al contrario, es la bandera del poder del mundo, que también utilizan la gran mayoría de guías espirituales al frente de sectas o grupos que buscan un despertar espiritual para éstos tiempos cruciales; y se convierten en seguidores de más de lo mismo (caen en su trampa). Con ellas puede identificar la falsedad e hipocresía de  su superior (o líder) si es que aun existe.

Greene concibió la idea de Las 48 leyes del Poder mientras trabajaba como escritor en Hollywood, y noto que las elites del poder de hoy en día tienen varias similitudes con personas poderosas de la historia universal. En 1995, Greene trabajaba como escritor en Fabrica, una escuela de arte y publicidad, y allí conoció al editorialista Joost Elffers. Greene le hablo a Ellfers a sobre su idea sobre un libro de poder, y seis meses mas tarde, Elfers le pidió a Greene que escribiera un tratado.

Green se sentía Infeliz con su trabajo, pero estaba estable economicamente, y penso que sacar tiempo para escribir un libro seria arriesgado. Sin embargo, en ese momento Greene estaba leyendo su biografía favorita de Julio Cesar, y se inspiró en la decisión de Cesar de cruzar el Rubicon para enfrentarse a Pompeyo, iniciando asi la Guerra Civil Romana. Greene siguio el ejemplo de cesar de atreverse y comenzo a escribir el tratado, el cual se convertiría en Las 48 leyes del Poder. Greene ha afirmado que ese momento ha sido uno de los mas grandes de su vida.

Las 48 Leyes

Ley Nº 1- Nunca le haga sombra a su amo

Esfuércese siempre por lograr que quienes están jerárquicamente por encima de usted se sientan cómodos con su sensación de superioridad. No permita que sus deseos de complacerlos o impresionarlos lo induzcan a hacer ostentación de sus talentos y de su capacidad, ya que ello podrá generar un efecto opuesto al deseado, es decir, inspirar temor e inseguridad en sus superiores. Hágalos aparecer siempre más brillantes de lo que en realidad son… y accederá a la cima del poder. 

Ley Nº 2- Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos 

Desconfíe de los amigos; suelen ser los primeros en traicionarlo, ya que caen fácilmente presa de la envidia. También suelen convertirse en irrespetuosos y tiranos. En cambio, emplee a quien haya sido su enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos por demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos. 

Ley Nº 3- Disimule sus intenciones 

Desconcierte a la gente y manténgala en la mayor ignorancia posible, sin revelar nunca el propósito de sus acciones. Si no tienen la menor idea de qué es lo que usted quiere lograr, les resultará imposible preparar una defensa. Condúzcalos por el camino de las falsas suposiciones, envuélvalos en una nube de humo y verá que, cuando al fin caigan en la cuenta de las verdaderas intenciones de usted, ya será tarde para ellos. 

Ley Nº 4- Diga siempre menos de lo necesario 

Cuando intente impresionar a la gente con palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea sólo banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad. Cuanto más hable, mayor será el riesgo de decir alguna tontería. 

Ley Nº 5- Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte 

Su renombre y su prestigio constituyen la piedra angular del poder. Basta el prestigio para intimidar y ganar. Sin embargo, una vez que decae, usted se tornará vulnerable y será atacado por todos los flancos. Convierta su prestigio en una fortaleza inexpugnable. Manténgase alerta frente a cualquier tipo de ataques potenciales y desbarátelos antes de que se produzcan. Al mismo tiempo, aprenda a destruir a sus enemigos abriendo brechas en la reputación de ellos. Luego dé un paso al costado y deje que la opinión pública lo crucifique. 

Ley Nº 6- Busque llamar la atención a cualquier precio 

Todo es juzgado por su apariencia; lo que no se ve no cuenta. Nunca acepte perderse en el anonimato de la multitud o ser sepultado por el olvido. Ponga toda su fuerza en destacarse. Conviértase en un imán que concentre la atención de los demás, mostrándose más atractivo y más misterioso que la gran masa, tímida y anónima. 

Ley Nº 7- Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles 

Utilice la inteligencia, los conocimientos y el trabajo físico de otros para promover su propia causa. Ese tipo de ayuda no sólo le permitirá ahorrar mucho tiempo y energía, sino que le conferirá un aura divina de rapidez y eficiencia. A la larga, sus colaboradores serán olvidados y todos lo recordarán a usted. Nunca haga lo que otros pueden hacer por usted. 

Ley Nº 8- Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo 

Cuando obligue a otro a actuar; deberá ser usted quien en todo momento ejerza el control. Siempre es mejor lograr que su contrincante se acerque a usted y abandone, en este proceso, sus propios planes. Atráigalo con ganancias fabulosas… y después proceda a atacar. Usted tiene todos los ases en la mano. 

Ley Nº 9- Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos 

Cualquier triunfo circunstancial que usted obtenga a través de argumentación verbal en realidad es sólo una victoria pírrica: el resentimiento y la mala voluntad que así genera son más intensos y duraderos que cualquier acuerdo momentáneo que haya logrado. Es mucho más eficaz lograr la coincidencia de otros con la coincidencia de otros con usted a través de sus acciones, sin decir palabra alguna. No explique, demuestre. 

Ley Nº 10- Peligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados 

La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: los estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa. Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se está hundiendo, lo único que logrará con ello será acelerar su propia caída. A menudo, los perdedores, son los artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos. Evítelos y, en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices. 

Ley Nº 11- Haga que la gente dependa de usted 

Para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y dependan de usted, tanto más libertad usted tendrá. Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin su ayuda. 

Ley Nº 12- Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva 

Un gesto sincero y honesto compensará docenas de actitudes dictadas por la hipocresía y la falsedad. El gesto de franca y honesta generosidad hace bajar la guardia aun al individuo más desconfiado. Una vez que su sinceridad selectiva haya abierto una brecha en la armadura del otro, podrá manipularlo y embaucarlo a su antojo. Un obsequio oportuno -especie de caballo de Troya- podrá cumplir el mismo objetivo. 

Ley Nº 13- Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo 

Si necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado o sus buenas acciones. Lo pasado se ignora o se olvida. Si, en cambio, al formular su pedido de colaboración, usted muestre elementos que beneficiarán a la otra persona y hace gran hincapié en ellos, su contrincante responderá con entusiasmo a su solicitud, al detectar el beneficio que podría obtener. 

Ley Nº 14- Muéstrese como un amigo pero actúe como un espía 

Es de fundamental importancia saberlo todo sobre su rival. Utilice espías para reunir información valiosa que le permita mantener siempre una ventaja sobre él. Y mejor aún: haga usted mismo de espía. Aprenda a sondear con cuidado a la gente en corteses encuentros sociales. Formule preguntas indirectas para lograr que el otro revele sus intenciones y sus debilidades. Toda ocasión es buena para ejercer el arte del espionaje. 

Ley Nº 15- Aplaste por completo a su enemigo 

Empezando por Moisés, todos los grandes líderes de la historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían. (En algunas oportunidades aprendieron esta lección a fuerza de golpes). Si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha perdido más por una aniquilación a medias que por una exterminación total: el enemigo se recuperará y buscará venganza. Destruyalo por completo, no sólo física sino también espiritualmente. 

Ley Nº 16- Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor 

Demasiada oferta reduce el precio: cuanto más lo vean y oigan, tanto menos necesario lo considerarán los demás. Si ya ha afirmado su posición dentro de un grupo determinado, un alejamiento temporario hará que hablen más de usted, e incluso que lo admiren. Deberá aprender cuándo alejarse. Recuerde que la escasez de un recurso incrementa su valor. 

Ley Nº 17- Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible 

El ser humano es hijo del hábito y tiene una necesidad insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo rodean. Si usted se muestra predecible, confiere a los demás la sensación de tener cierto control sobre usted. Invierta los papeles: muéstrese deliberadamente impredecible. Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito desconcertarán a los demás, que se agotarán tratando de explicarse sus movimientos y acciones. Llevada a un extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar. 

Ley Nº 18- No construya fortalezas para protegerse: el aislamiento es peligroso 

El mundo es un sitio peligroso y los enemigos acechan por doquier; todos necesitan protegerse. Una fortaleza se presenta como la alternativa más segura. Pero el aislamiento lo expone más de la que la protege de los peligros que la rodean, ya que la aisla de información valiosa y la destaca como un blanco difícil para los demás. Es mucho más seguro circular, mezclarse entre la gente y buscar aliados. La multitud lo protege de sus enemigos. 

Ley Nº 19- Sepa con quién está tratando: no ofenda a la persona equivocada 

En el mundo hay muchas clases de personas diferentes, y usted no puede suponer que todos reaccionarán de la misma manera frente a sus estrategias. Hay ciertas personas que, si usted las manipula o engaña, pasarán el resto de su vida procurando vengarse. Serán, desde el momento de la ofensa, lobos con piel de oveja. Elija con cuidado a sus víctimas y a sus contrincantes, y nunca ofenda o engañe a la persona equivocada. 

Ley Nº 20- No se comprometa con nadie 

Sólo los tontos se apresuran siempre a tomar partido. No se comprometa con ninguna posición o causa, salvo con la suya propia. El hecho de mantener su independencia lo convierte en el amo de los demás. Obtenga beneficios oponiendo a las personas entre sí. 

Ley Nº 21- Finja candidez para atrapar a los candidos: muéstrese más tonto que su víctima 

A nadie le gusta sentirse más estúpido que los demás. Por lo tanto, el truco consiste en hacer sentir sagaces e inteligentes a sus víctimas y, sobre todo, más sagaces e inteligentes que usted. Una vez que las haya convencido de esto, nunca sospecharán que usted tiene motivaciones ocultas contra ellos. 

Ley Nº 22- Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la debilidad en poder 

Cuando usted sea el más débil, nunca luche simplemente por salvar su honor. Opte, en cambio, por la capitulación. Rendirse le dará tiempo para recuperarse, tiempo para atormentar e irritar al vencedor, tiempo para esperar a que el poder de éste se diluya. No le dé la satisfacción de luchar y ser vencido por él. Capitule antes de ser derrotado. Al volver la otra mejilla, enfurecerá y desconcertará a su contrincante. Convierta la capitulación en un instrumento de poder. 

Ley Nº 23- Concentre sus fuerzas 

Conserve sus fuerzas y su energía manteniéndolas concentradas en su punto más fuerte. Ganará más descubriendo un rico yacimiento y explotándolo en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro: la intensidad siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes de poder que puedan promoverlo, procure encontrar siempre el patrón clave único, la vaca lechera que puedan ordeñar durante largo tiempo. 

Ley Nº 24- Desempeñe el papel de cortesano perfecto 

El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza su plenitud en un mundo en el cual todo gira en torno del poder y de la habilidad política. Domina a la perfección el arte de la oblicuidad. Adula, se somete a sus superiores y reafirma su poder sobre los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa. Aprenda a aplicar las leyes del cortesano, y su ascenso dentro de la corte no conocerá límites. 

Ley Nº 25- Procure recrearse permanentemente 

No acepte los papeles que la sociedad le ha endilgado. Fórjese una nueva identidad que atraiga la atención y nunca aburra al público. Sea el dueño de su propia imagen, en lugar de permitir que otros la definan por usted. Incorpore elementos dramáticos en sus gestos y acciones públicas, y su poder se verá reforzado y su personalidad crecerá en forma asombrosa. 

Ley Nº 26- Mantenga sus manos limpias 

Es necesario que, en todo momento, usted aparezca como paradigma de la corrección y la eficiencia. Sus manos nunca se ensuciarán por ilícitos o descuidos. Mantenga esa apariencia impecable, utilizando a otros como testaferros o pantallas para ocultar, cuando sea necesario, su participación personal en hechos de esta índole. 

Ley Nº 27- Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales 

La gente tiene una necesidad irrefrenable de creer en algo. Conviértase en el centro focalizador de esa necesidad, ofreciéndoles una causa o una nueva convicción a la que adherir. Formúlela en términos vagos pero pletóricos de promesas. Enfatice el entusiasmo por sobre el pensamiento claro y racional. Dé a sus nuevos discípulos, rituales que realizar y exíjales sacrificios. Ante la ausencia de una religión organizada y grandes causas en las que puedan creer, su nuevo sistema de convicciones le conferirá un poder inaudito. 

Ley Nº 28- Sea audaz al entrar en acción 

Si se siente inseguro frente a determinado curso de acción, no lo intente. Sus dudas y titubeos se transmitirán a la ejecución del plan. La timidez es sumamente peligrosa; lo mejor es encarar toda acción con audacia. Cualquier error que usted cometa por ser audaz se corregirá con facilidad mediante más audacia. Todo el mundo admira al audaz; nadie honra al timorato. 

Ley Nº 29- Planifique sus acciones de principio a fin 

Un final brillante constituye el corolario que da énfasis a todo su accionar. Planifique su camino teniendo en cuenta todas las consecuencias posibles, todos los obstáculos y todos los giros del azar que puedan incidir de manera negativa sobre su trabajosa elaboración y otorgar la gloria a otros. Planificar todo un proceso, de principio a fin, evitará que lo abrumen los factores negativos y le permitirá saber con exactitud cuándo detenerse. Maneje la fortuna con cuidado y determine el futuro planificando a largo plazo. 

Ley Nº 30- Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos 

Su accionar deberá parecer natural y de fácil ejecución. Toda la práctica y el esfuerzo que usted realice, así como todas las habilidosas artimañas a las que recurra, deberán permanecer ocultos. Cuando actúe, hágalo como si la tarea que tiene entre manos fuese algo de lo más sencillo, como si pudiese hacer todavía mucho más. Evite la tentación de revelar lo mucho que usted trabaja, pues con ello sólo generará cuestionamientos. No le enseñe a nadie sus trucos especiales, o los usarán contra usted. 

Ley Nº 31- Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte 

El mejor engaño es aquel que aparenta ofrecer opciones al otro: sus víctimas sienten que controlan la situación. Pero en realidad no son sino títeres en sus hábiles manos. Presente opciones que siempre le sean favorables, independientemente de cuál de ellas elijan los demás. Obligúelos a optar entre el menor de dos males y logre que cualquiera de las dos elecciones resulte a favor de usted. Haga que cualquier alternativa por la que se decidan sus rivales, los perjudique a ellos y lo beneficie a usted. 

Ley Nº 32- Juegue con las fantasías de la gente 

Muchas veces se evita la verdad porque suele ser dura y desagradable. Nunca recurra a la verdad, ni a la realidad, salvo que esté dispuesto a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que aquellas personas capaces de inventar ilusiones o conjurar fantasías son como oasis en el desierto: todos van hacia ellas. Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder. 

Ley Nº 33- Descubra el talón de Aquiles de los demás 

Todo individuo tiene un punto débil, una fisura en la muralla que rodea su fortaleza. Por lo general, esa debilidad es algo que le causa inseguridad, o una emoción o una necesidad que lo supera. También puede ser un pequeño placer secreto. Sea lo que fuere, una vez que usted la haya descubierto, esa debilidad se convierte en un elemento de presión que podrá manejar a su antojo y, por su puesto, siempre a su favor. 

Ley Nº 34- Actúe como un rey para ser tratado como tal 

Su forma de actuar determinará cómo lo tratarán los demás: a la larga, una presencia vulgar o común hará que la gente le pierda el respeto. Porque un rey se respeta a sí mismo e inspira el mismo sentimiento en los demás. Al adoptar una actitud de rey, mostrando confianza en su propio poder, logrará que lo consideren destinado a llevar una corona real sobre la cabeza. 

Ley Nº 35- Domine el arte de la oportunidad 

Nunca demuestre tener prisa, ya que el apuro delata una falta de control sobre el tiempo y sobre su propio accionar. Muéstrese siempre paciente, como si supiera que, con el tiempo, todos sus deseos se cumplirán. Conviértase en especialista en el arte de detectar el momento propicio para cada cosa. Descubra el espíritu de los tiempos actuales y las tendencias que lo llevarán al poder. Aprenda a mantenerse a la expectativa cuando el momento propicio no haya llegado, y a golpear con fuerza cuando la oportunidad le sea propicia. 

Ley Nº 36- Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas 

Al prestar atención a un problema trivial, lo convierte en real y le confiere importancia. Cuanta más atención le preste a un enemigo, más lo fortalecerá. Y a menudo, un pequeño error se magnifica en el intento de corregirlo. A veces, lo mejor es dejar ciertas cosas por completo de lado. Si hay algo que usted desea pero no puede obtener, menosprecíelo. Cuanto menos interés demuestre, mayor será el nivel de superioridad que verán los demás en usted. 

Ley Nº 37- Arme espectáculos imponentes 

Una imaginería impactante y gestos simbólicos grandiosos generan aura de poder, ya que ejercen gran atracción sobre todos. Presente espectáculos imponentes para quienes lo rodean, plenos de elementos visuales fascinantes y radiantes simbolismos que enfaticen su presencia. Encandilados por las apariencias, los demás no se darán cuenta de lo que usted está haciendo en realidad. 

Ley Nº 38- Piense como quiera, pero compórtese como todos los demás 

Si usted hace ostentación de ir contra la corriente, alardeando acerca de sus ideas poco convencionales y sus actitudes heterodoxas, la gente pensará que usted sólo desea llamar la atención y que desprecia a los demás. Encontrarán la forma de castigarlo por hacerlos sentir inferiores. Es mucho más seguro confundirse con la masa y adoptar un cierto aire «común». Limítese a compartir su originalidad con amigos tolerantes y con aquellas personas de las que está seguro que aprecian su forma de ser diferente y especial. 

Ley Nº 39- Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca 

La ira y las emociones son estratégicamente contraproducentes. Siempre deberá mantenerse sereno y objetivo, pero si puede enfurecer a sus enemigos mientras usted conserva la calma, obtendrá una ventaja decisiva. Desoriente a sus enemigos: descubra la grieta, a través de la cual pueda sacudirlos y manejarlos. 

Ley Nº 40- Menosprecie lo que es gratuito 

Todo lo que es gratuito es peligroso, ya que por lo general implica alguna treta o un compromiso oculto. Las cosas que tienen valor valen la pena pagarse. De esta manera, no estará obligado a gratitud alguna, se verá libre de culpa y evitará fraudes y engaños. Lo más inteligente es, a menudo, pagar el precio total. Cuando hablamos de excelencia no hay gangas. Sea generoso con su dinero y hágalo circular, dado que la generosidad es señal e imán de poder. 

Ley Nº 41- Evite imitar a los grandes hombres 

Lo que se produce por primera vez siempre parece mejor y más original que lo que viene después. Si usted sucede a un gran hombre o tiene padres célebres, deberá lograr el doble para superar la imagen de ese «modelo». No se pierda en la sombra de esos «grandes» ni se quede estancado en un pasado que no es obra suya: encuentre su propia identidad y reafírmela con su accionar diferente. Elimine a ese padre dominante, reniegue de su herencia y gane poder a través de sus propios méritos. 

Ley Nº 42- Muerto el perro, se acabó la rabia 

Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el sembrador de inquinas y resentimientos. Si usted deja espacio para el accionar de este tipo de individuo, otros sucumbirán a la influencia del personaje. No espere a que los problemas que él causa se multipliquen, y no trate de negociar con él, pues es irrecuperable. Neutralice esa influencia, aislándolo o eliminándolo. Recuerde que, muerto el perro, se acabó la rabia. 

Ley Nº 43- Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás 

La coerción provoca una reacción que, con el tiempo, puede actuar contra usted. Es necesario lograr, mediante maniobras de seducción, que los demás se muevan en la dirección que usted desea. Una vez seducida, la persona se convierte en su leal servidor. Y la forma más eficaz de seducir a alguien, consiste en manejar con habilidad las flaquezas y la psicología del individuo. Debilite la resistencia del otro a través de la manipulación de las emociones, jugando con lo que el otro ama y valora, o lo que teme. Si usted ignora el corazón y la mente de los demás, terminarán odiándolo. 

Ley Nº 44- Desarme y enfurezca con el efecto espejo 

El espejo refleja la realidad pero también es el arma perfecta para el engaño: cuando usted refleja a sus enemigos, haciendo exactamente lo que hacen ellos, sus rivales no lograrán deducir su estrategia. El efecto espejo los burla y humilla, lo cual los lleva a reaccionar en forma desmedida. Al poner un espejo frente a su psique, usted los seduce con la ilusión de que comparte sus valores. Al reflejar sus acciones en un espejo, les enseña una lección. Son muy pocos los que pueden resistirse al poder del efecto espejo. 

Ley Nº 45- Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez 

En teoría, todo el mundo comprende la necesidad del cambio, pero en el nivel cotidiano el ser humano es hijo de la costumbre. Demasiada innovación resulta traumática y conducirá a la rebelión. Si usted es nuevo en una posición de poder, o un tercero que intenta construir una base de poder, haga alarde de respetar la forma tradicional de hacer las cosas. Si se impone un cambio necesario, hágalo aparecer como una leve modificación positiva del pasado. 

Ley Nº 46- Nunca se muestre demasiado perfecto 

Siempre es peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo más peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad. La envidia genera enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de manifiesto, de vez en cuando, sus defectos y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente. 

Ley Nº 47- No vaya mas allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuándo detenerse 

El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro. En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en sus fuerzas pueden llegar a impulsarlo más allá de la meta que se había propuesto en un principio, y al ir demasiado lejos, serán más los enemigos que le creará que los que logre vencer. No permita que el éxito se le suba a la cabeza. No hay nada como la estrategia y la planificación cuidadosa. Fíjese un objetivo y, cuando lo alcance, deténgase. 

Ley Nº 48- Sea cambiante en su forma 

Al adoptar una forma definida y tener un plan claro para todo el mundo, usted se convertirá en el blanco de ataques diversos. En lugar de brindar a sus enemigos algo concreto que atacar, manténgase flexible, adaptable y en movimiento. Acepte el hecho de que nada es absoluto y de que no existen leyes fijas. La mejor manera de protegerse es mantenerse tan fluido y amorfo como el agua. Nunca apueste a la estabilidad ni a un orden perdurable. Todo cambia (cambio de planes).

Fuentes e inspiración

Robert Greene explica en su libro que el elemento que lo inspiró a hacer su libro fue el hecho de que algunas personas lo manipularan, torturaran y le causaran dolor.